Este pasado fin de semana por esos azares de la vida me tocó presenciar nuevamente un fin de semana en la formula 3. Desde los entrenamientos hasta la fugaz carrera. Me vi en el presente, 32 años, jno tengo trabajo fijo, con 5 lucas en el bolsillo, ha pasado tanto tiempo de no estar aquí, viendo pasar autos a toda velocidad y ese sonido que trataba de imitar con mi garganta cuando andaba en bicicleta hace tantos años. Si han pasado mas o menos 20 años y aun tomo el cronometro esperando que a cada vuelta el tiempo sea mas reducido para sentir alegría de ese avance que no es propio, es de un hijo de millonario, que no sabe en que gastar el dinero, no encuentra sentido a la vida, esta mas perdido que yo, esa es la verdad. Veo a otro de esos muchachos hijos de millonario, esta solo en esto, nadie lo acompaña, porque su padre, debe estar fuera del pais,y los mecánicos, humanoides con un poder ínfimo en comparación a ellos, se mofan de aquel estúpido que habla de mas, porque le falta calle, pero no la necesita para sobrevivir, porque su vida esta asegurada.
El cronometro marca un segundo menos en esta vuelta y vaticino que sera pole position de nuestro piloto, tengo 32 años si, pero aun me emociona. No se si vi muchos monitos (dibujos animados), pero esto es la raja.
Los nostálgicos, hay preparadores, antiguos pilotos que aun recuerdan carreras de otra época, cuando eran de verdad. todos eran los mejores cuando los escucho hablar, los ojos brillan en el horizonte, ellos sueñan con el pasado y las banderas cuadriculadas, auspicios que realmente auspiciaban, y yo tambien sueño con esos tiempos. Veo a mi padre, que me intentaba enseñar a cada momento. Era tan distinto él a los demás y lo digo ahora, sin la vision de superheroe o quizas si. Me enseñaba que habia que ducharse todos los dias, que debía vestir impecable y no hablar demas, porque como a uno lo ven, asi mismo lo tratan. Y en el tiempo mi padre se gano un nombre dentro de tantas personas llenas de egocentrismo. Lo respetaron y lo respetan. Me tratan con respeto, ese respeto que aqui no me gané, lo heredé y es reconfortante. Esta dentro de mi esa forma de ser, digna. No andar de rastrero, saber quien es uno mismo, no les debemos nada. Me encanta esa anécdota en que en plena celebración de un titulo injusto, les enrostró a todos que realmente no ganaron nada, notable.
En estos dias en la Formula 3, me reencontré abruptamente con el niño que acompaña a su padre a trabajar, ahora mas que nunca creo que mi viejo era un héroe, tenia sus registros en un papel, las relaciones posibles para las cajas de cambio, no dejaba algo al azar, el olor a bencina me agradaba, era un ambiente agradable, lleno de gente notable.
Si hoy me miran con respeto, es la impronta que aprendí de mis padres, que puede tener mas valor que eso. Que mejor herencia que la dignidad!, aunque me queden hoy menos de 2 lucas...